(fons Jorge Álvarez)
L'altra dia l'amic Jorge Álvarez em feia arribar còpia
d'aquesta postal .
Es tracta del resultat de la reforma que Josep Pla va fer en
el seu comerç de sabateria "El Buen Gusto Barcelonés" ubicat en ple centre de Barcelona, al carrer
de la Canuda, 3-5, l'abril del 1911.
Per aquesta reforma comptà amb dos dels millors decoradors de
l'època: els escenògrafs del Liceu, Miquel Moragas i Salvador Alarma. La
fusteria va anar a càrrec de J. Petit i F. Pañellas i el treball en vidre el
féu el vitraller Joan Espinagosa.
Josep Pla oferia tots
els serveis de la sabateria en la premsa.
Desgraciadament ja no existeix. Podem comparar la decoració
de l'època amb l'actual.
(Google Maps)
* * * * *
Mi amigo Jorge
Álvarez me pasaba la copia de esta postal.
Se trata del
resultado de la reforma que José Pla inauguró en abril de 1911 en su comercio
de zapatería "El Buen Gusto Barcelonés" ubicado en pleno centro de
Barcelona, en la calle de la Canuda, 3-5.
Para esta reforma
contó con dos de los mejores decoradores de la época: los escenógrafos del
Liceu, Miquel Moragas y Salvador Alarma. La carpintería fue a cargo de J. Petit
y F. Pañellas y el trabajo en vidrio fue a cargo del vidriero Joan Espinagosa.
Josep Pla ofrecía todos los servicios de la
zapatería en la prensa.
Desgraciadamente
ya no existe. Podemos comparar la decoración de la época con la actual.
* * * * *
My friend
Jorge Alvarez send me the copy of this postcard.
This is the
result of the reform that Josep Pla inaugurated in April 1911 in his footwear
trade "El Buen Gusto Barcelonés" located in the heart of Barcelona, Canuda
street, 3-5.
For this
reform , he contracted on two of the best decorators of the time: the
scenographers of the Liceu, Miquel Moragas and Salvador Alarma. The carpentry
was by J. Petit and F. Pañellas and the work in glass was realized by the
glassmaker Joan Espinagosa.
Josep Pla offered all the services of the shoe
store in the press.
Unfortunately
it no longer exists. We can compare the original decoration with the actual.
No podemos comparar nada, amic Valentí. Y no podemos comparar nada porque no hay nada con que comparar.
ResponEliminaAbsolutamente nada. Hoy la miseria que se ve al traspasar la calle Canuda es proporcional a la tontuna de desechar una obra de arte magnificamente elaborada.
Un abrazo
Como me han comentado, podemos comparar el "buen gusto barcelonés" de principios del XX con el "mal gusto barcelonés" de principios del XXI
EliminaOtro establecimiento hostelero modernista que se perdió para siempre en busca de una supuesta y falsa "modernidad"
ResponEliminaEra una zapatería, nada que ver con la hostelería
Elimina